Jorge Lanata, de un tiempo a ésta parte quedó desacomodado. De marcar la agenda política en el pasado, se transformó en un periodista que escribe crónicas de viajes y notas de color para Editorial Perfil.
Jorge Lanata supo marcar la agenda del periodismo político. Desde Página/12 en sus inicios o en su programa de televisión, Dia D, se marcaba el pulso periodístico de la política. El menemismo era una etapa fructífera para el bombardeo desde de los medios.
Lanata encarnaba un sentimiento masivo de antipolítica, de repudio a una clase dirigente sometida, a gusto, por las grandes corporaciones. Desde allí marcaba el paso; era la bandera de un sector.
Sin embargo la aparición del kirchnerismo comenzó a desacomodar a Lanata a medida que la política volvía a mostrarse como una herramienta válida para recuperar lo que se consideraba perdido. El incontenible sentimiento opositor fue disminuyendo.
Lanata, fiel a sus estilo, se plantó en su histórico lugar, sin embargo, poco a poco fue perdiendo influencia y para marcar la agenda de lo que se debía hablar en política.
Hoy, a casi una semana de publicar su primera crónica de viaje (Turistas de la muerte) en el nuevo diario de Jorge Fontevecchia, Libre, Lanata apareció en el diario Perfil con una nota colorida desde Abbottabad, la ciudad dónde Estados Unidos asesinó a Osama Bin Laden.
La política nacional quedó para Lanata en un segundo plano.
Aún desde su posición de columista de viajes, Lanata agredió en reiteradas ocasiones a los periodistas que lo cuestionaron. "Son de cuarta", disparó y hasta acusó a todos de "hacerlo por guita". Cayó en la trampa de confrontar con aquellos que él mismo considera inferiores.
El dolor de ya no ser desacomodó a Lanata.
Lanata encarnaba un sentimiento masivo de antipolítica, de repudio a una clase dirigente sometida, a gusto, por las grandes corporaciones. Desde allí marcaba el paso; era la bandera de un sector.
Sin embargo la aparición del kirchnerismo comenzó a desacomodar a Lanata a medida que la política volvía a mostrarse como una herramienta válida para recuperar lo que se consideraba perdido. El incontenible sentimiento opositor fue disminuyendo.
Lanata, fiel a sus estilo, se plantó en su histórico lugar, sin embargo, poco a poco fue perdiendo influencia y para marcar la agenda de lo que se debía hablar en política.
Hoy, a casi una semana de publicar su primera crónica de viaje (Turistas de la muerte) en el nuevo diario de Jorge Fontevecchia, Libre, Lanata apareció en el diario Perfil con una nota colorida desde Abbottabad, la ciudad dónde Estados Unidos asesinó a Osama Bin Laden.
La política nacional quedó para Lanata en un segundo plano.
Aún desde su posición de columista de viajes, Lanata agredió en reiteradas ocasiones a los periodistas que lo cuestionaron. "Son de cuarta", disparó y hasta acusó a todos de "hacerlo por guita". Cayó en la trampa de confrontar con aquellos que él mismo considera inferiores.
El dolor de ya no ser desacomodó a Lanata.
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