Una investigación revela que Clarín no quiso distribuir el diario del domingo 27 de marzo, ya el reducido grupo de manifestantes jamás podría haber bloqueado los diez portones de salida que tiene la planta de Zepita. Fue una estrategia de marketing para victimizarse.
Con su credibilidad por el piso (según una reciente encuesta de Ibarómetro, en el último año aumentó el 14 por ciento la cantidad de personas del AMBA que cree que el diario ofrece información sesgada), Clarín no ahorra artimañas para victimizarse ante la opinión pública y agitar el fantasma de un "ataque contra la libertad de expresión" presuntamente orquestado por sectores del gobierno.
Así lo revela una investigación de Tiempo Argentino, de la que se desprende que la edición del domingo pasado -supuestamente "bloqueada" por una protesta de trabajadores gráficos del diario- pudo haber salido igual por cualquiera de las otros accesos que la planta de impresión tiene.
El diario, en su edición de ayer, afirma que "el domingo 27 de marzo el diario Clarín no salió a la calle por una decisión empresaria, aprovechando en su favor el bloqueo testimonial de los delegados de AGR, su firma impresora, en conflicto hace siete años –van para ocho– con la empresa de Magnetto por la persecución gremial y penal contra los integrantes de la Comisión Interna". Ello va en consonancia con lo sostenido por Edi Zunino, jefe de redacción de Noticias, para quien el bloqueo "terminó siendo un monumental golpe de márketing libertario e independentista para Clarín".
"La verdad de lo sucedido en la noche del sábado 26 y la madrugada del domingo 27 -prosigue el informe de Tiempo- es que (...) en la planta de 34.520 metros cuadrados, delimitada por las calles Zepita, Magaldi, Luna y Ascasubi (esta última, privatizada por Clarín, donde hay una garita de seguridad permanente), existen otros seis portones por donde los camiones podrían haber salido sin inconvenientes".
La investigación de Tiempo Argentino concluye que al reducido grupo de manifestantes que se encontraban ante cuatro de los diez accesos de la planta, le hubiera sido imposible bloquear todos los portones si Clarín hubiera tenido la decisión de distribuir el diario.
De hecho, en noviembre de 2000, cuando periodistas despedidos del diario, también acompañados de sus familias, quisieron frenar su distribución con un piquete que duró dos horas, tuvieron que desistir cuando los camiones de distribución amenazaron pisarlos. "Siempre que el diario se imprimió, salió”, recuerda el periodista Pablo Llonto.
La única excepción fue la del 14 de julio de 1989, cuando los trabajadores -gráficos y periodistas- tomaron la planta de Zepita y no se pudo imprimir el diario. Aquella vez, Clarín calificó el hecho como "conflicto sindical", nada de ataque a la libertad de expresión.
Desde Currín On Line agregamos nuestro granito de arena a la investigación de Tiempo Argentino. El día del bloqueo, el pasquín salió normalmente en buena parte del interior del país. ¿Cómo? ¿Por qué? Porque Clarín tiene dos plantas impresoras en el interior, además de la que fue bloqueada, y todas ellas están en condiciones operativas de sacar el diario a la calle.
Para decirlo con toda claridad: el domingo 27 de marzo, Clarín no salió porque no quiso y no por el bloqueo.
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