No pasaron ni 24 horas desde que la Academia Nacional de Periodismo (ANP) emitiera un comunicado repudiando el bloqueo que trabajadores de AGR le hicieran a Clarín, el domingo último, para que Víctor Hugo Morales renunciara como integrante de esa entidad.
Luego de que la ANP llamara a "la preservación de la libertad de prensa" como un "ingrediente fundamental del sistema republicano" y convocara "a todos los sectores de la argentinidad a la defensa de las libertades como un mandato histórico e inmarcesible, siempre vigente", el relator envió un email presentando su "renuncia indeclinable".
Así lo hizo saber públicamente a través de Twitter: "En el día de hoy he renunciado a la Academia Nacional de Periodismo". Luego lo explicó en su programa de radio Continental: "No quiero pertenecer a esa caterva de supuestos comunicadores", a lo que añadió que "a partir de ahora, pueden llamarme relator y militante".
El comunicado de la ANP fue firmado por su presidente, Lauro Fernán Laíño, ex director y editor de La Razón, ex gerente de desarrollos de La Nación y ex presidente de ADEPA, entre otros cargos "jerárquicos" y por el secretario de la entidad, José Ignacio López, ex vocero del ex presidente Raúl Alfonsín, miembro de la directiva de la Unión Católica Latinoamericana de Prensa y, obviamente, vocero -a veces oficial, a veces oficioso- de la Iglesia Católica.
Así lo hizo saber públicamente a través de Twitter: "En el día de hoy he renunciado a la Academia Nacional de Periodismo". Luego lo explicó en su programa de radio Continental: "No quiero pertenecer a esa caterva de supuestos comunicadores", a lo que añadió que "a partir de ahora, pueden llamarme relator y militante".
El comunicado de la ANP fue firmado por su presidente, Lauro Fernán Laíño, ex director y editor de La Razón, ex gerente de desarrollos de La Nación y ex presidente de ADEPA, entre otros cargos "jerárquicos" y por el secretario de la entidad, José Ignacio López, ex vocero del ex presidente Raúl Alfonsín, miembro de la directiva de la Unión Católica Latinoamericana de Prensa y, obviamente, vocero -a veces oficial, a veces oficioso- de la Iglesia Católica.
Qué diferente serían las cosas en este país, si los Majules, los Lanatas, los Morales Solás, los Nelson Castros, los Blanks, los Van der Koys, los Leucos, los Bonellis y toda la runfla de serviles rastreros disfrazados de periodistas independientes, tuvieran la décima parte de la dignidad, de la honestidad moral e intelectual y del sentido de la ética del SEÑOR relator y militante Víctor Hugo Morales.
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