A fines de Abril saldrá el diario Libre, dirigido por Darío Gallo, un experto en operaciones políticas y chismes de vedettes que dirigió la revista Noticias y el portal de espectáculos y política Perfil.com. Las claves de por qué Héctor y Jorge se ponen amarillos.
Varios periodistas del ex diario Crítica y de distintos medios comenzaron a trabajar en el número 0, basados en una copia de distintos diarios sensacionalistas ingleses, pero con el mismo logo, diseño y tipografía que el diario francés Libération.
Originariamente iba a salir en noviembre o diciembre, pero la muerte de Néstor Kirchner alteró los planes políticos de Héctor Magnetto, con lo cual la salida se fue postergando.
En un principio, la redacción estaba en el segundo piso del edificio de calle Tacuarí del Grupo Clarín y el objetivo era apostar a un público de mercado que los publicistas denominan C2 y C3, es decir, segmentos bajos y plenos al interior del gran mundo de la clase media argentina. Para lo cual, la estrategia a seguir consistía en fotos grandes y sensacionalistas, mucho contenido de farándula, deportes, policiales y operaciones políticas de baja estofa. Buscan así, restarle público al tercer diario en importancia por ventas, Popular, que tuvo una división accionaria que de todos modos no incidió en sus ventas. Al mismo tiempo, se apuntaba al público lector de Crónica.
De cara a un año electoral, como entienden desde el Grupo Clarín que ese segmento es el más consolidado en cuanto a voto hacia el oficialismo kirchnerista, el nuevo diario Libre podría erosionar ese mercado de votantes.
Pero la operación política resultaría muy obvia viniendo del Grupo Clarín y arrastraría el desprestigio de éste, de modo que entonces se consolidó empresarialmente la sociedad entre Magnetto y Jorge Fontevecchia, de Editorial Perfil. Entre publicaciones de mujeres semidesnudas, fotos robadas, casas de ricos y frívolos, la editorial que dirige Fontevecchia también tiene el bisemanario Perfil, de poca venta de ejemplares y publicidad, hasta el punto que llevó su reclamo a la Corte Suprema para que el estado le done subsidios y llegó a hacer un Fondo Común de lectores, dirigido por el médico de Clarín, Nelson Castro, cuyo destino y resultado fueron de un día para el otro escondidos.
Su portal de fútbol, 442 es muy similar del inglés fourfourtwo, mientras que el sitio de espectáculos y firvolidades, Exitoína, es una copia vergonzante de británico Egotastic. En este esquema, la redacción se mudó de edificio al mismo donde funciona Perfil, se puso a Darío Gallo al frente y se acordó comprar papel barato a Papel Prensa vía Clarín y La Nación y contratar periodistas a bajo sueldo, de modo de poder competir con un precio de tapa muy bajo; aún yendo a pérdida, porque las ganancias que se esperan obtener son de carácter político.
La conclusión de las distintas estrategias políticas utilizadas por el Grupo Clarín en su táctica de pinzas -hacer crecer a un opositor (esta semana están probando, sin suerte, con Ernesto Sanz) a la par que erosionar al gobierno desde la supuesta "información" objetiva no sólo está fracasando como muestran las encuestas a diario, sino que además envuelve al público político de Clarín en un momento donde sus periodistas salen a cazar en el zoológico.
Esto es, hay un núcleo duro antikirchnerista, pequeño pero consistente, que no encuentra un candidato que los represente, y que quiere consumir el más puro y desenfrenado sensacionalismo político, el del propio diario Clarín o el más refinado y reaccionario de La Nación; pero se trata de segmentos medios altos que son tradicionalmente refragtarios al peronismo y más aún a un peronismo de variante progresista.
Para saltar ese cerco, intentar ampliar, recuperar credibilidad y horadar la base electoral de Cristina Kirchner, sale el diario Libre, que visibiliza y consolida la alianza de Jorge Fontevecchia con el Grupo Clarín.
Originariamente iba a salir en noviembre o diciembre, pero la muerte de Néstor Kirchner alteró los planes políticos de Héctor Magnetto, con lo cual la salida se fue postergando.
En un principio, la redacción estaba en el segundo piso del edificio de calle Tacuarí del Grupo Clarín y el objetivo era apostar a un público de mercado que los publicistas denominan C2 y C3, es decir, segmentos bajos y plenos al interior del gran mundo de la clase media argentina. Para lo cual, la estrategia a seguir consistía en fotos grandes y sensacionalistas, mucho contenido de farándula, deportes, policiales y operaciones políticas de baja estofa. Buscan así, restarle público al tercer diario en importancia por ventas, Popular, que tuvo una división accionaria que de todos modos no incidió en sus ventas. Al mismo tiempo, se apuntaba al público lector de Crónica.
De cara a un año electoral, como entienden desde el Grupo Clarín que ese segmento es el más consolidado en cuanto a voto hacia el oficialismo kirchnerista, el nuevo diario Libre podría erosionar ese mercado de votantes.
Pero la operación política resultaría muy obvia viniendo del Grupo Clarín y arrastraría el desprestigio de éste, de modo que entonces se consolidó empresarialmente la sociedad entre Magnetto y Jorge Fontevecchia, de Editorial Perfil. Entre publicaciones de mujeres semidesnudas, fotos robadas, casas de ricos y frívolos, la editorial que dirige Fontevecchia también tiene el bisemanario Perfil, de poca venta de ejemplares y publicidad, hasta el punto que llevó su reclamo a la Corte Suprema para que el estado le done subsidios y llegó a hacer un Fondo Común de lectores, dirigido por el médico de Clarín, Nelson Castro, cuyo destino y resultado fueron de un día para el otro escondidos.
Su portal de fútbol, 442 es muy similar del inglés fourfourtwo, mientras que el sitio de espectáculos y firvolidades, Exitoína, es una copia vergonzante de británico Egotastic. En este esquema, la redacción se mudó de edificio al mismo donde funciona Perfil, se puso a Darío Gallo al frente y se acordó comprar papel barato a Papel Prensa vía Clarín y La Nación y contratar periodistas a bajo sueldo, de modo de poder competir con un precio de tapa muy bajo; aún yendo a pérdida, porque las ganancias que se esperan obtener son de carácter político.
La conclusión de las distintas estrategias políticas utilizadas por el Grupo Clarín en su táctica de pinzas -hacer crecer a un opositor (esta semana están probando, sin suerte, con Ernesto Sanz) a la par que erosionar al gobierno desde la supuesta "información" objetiva no sólo está fracasando como muestran las encuestas a diario, sino que además envuelve al público político de Clarín en un momento donde sus periodistas salen a cazar en el zoológico.
Esto es, hay un núcleo duro antikirchnerista, pequeño pero consistente, que no encuentra un candidato que los represente, y que quiere consumir el más puro y desenfrenado sensacionalismo político, el del propio diario Clarín o el más refinado y reaccionario de La Nación; pero se trata de segmentos medios altos que son tradicionalmente refragtarios al peronismo y más aún a un peronismo de variante progresista.
Para saltar ese cerco, intentar ampliar, recuperar credibilidad y horadar la base electoral de Cristina Kirchner, sale el diario Libre, que visibiliza y consolida la alianza de Jorge Fontevecchia con el Grupo Clarín.
Este nuevo emprendimiento editorial de Clarín-Perfil, ha generado una singular algarabía entre los hueveros. "Clarín cada vez se vende menos. Ahora, con Libre, vamos a tener más papel para envolver los huevos", dijeron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario