El ministro de Economía resaltó que los “claros signos de reactivación” que registra la actividad económica permiten avizorar un 2015 “mejor que el año pasado” y entendió que el debate sobre el nivel de reservas del Banco Central es parte de “operaciones mediáticas que pretenden generar miedo e incertidumbre”.
En declaraciones radiales, Kicillof afirmó que hay “claros signos de reactivación” al punto que “no hay consultora privada que diga que la Argentina va a caer”, sino por el contrario “reconocen que los despachos de cemento crecen igual que la obra privada, la venta en supermercados, el turismo. Todo indica que vamos a estar mejor que el año pasado”.
“Eso se debe al conjunto de medidas contracíclicas aplicadas por el gobierno desde fines de 2014, cuando anticipamos que el contexto internacional iba a empeorar, como ocurrió con la crisis en Brasil y la baja de precio de los productos de exportación”, explicó.
En ese sentido, Kicillof hizo referencia al impacto favorable de “políticas anticíclicas” como los planes Progresar, Procrear, Renovate y Ahora 12, y los aumentos de jubilaciones y asignaciones y resaltó en particular que la Argentina tiene hoy “la tasa de desempleo más baja de la historia”.
“La mejor noticia de este semana fue la caída del desempleo a 6,6% (de la población económicamente activa), lo cual es para festejar después de las porquerías que dijeron muchos economistas”, al acusar a quienes tratan de “instalar que todo esta mal, que se viene una crisis para generar miedo, incertidumbre y pavimentar el camino para volver a los '90”.
Al ser consultado sobre su consideración sobre el nivel de reservas en el Banco Central y el impacto que podría tener en las mismas el pago del Boden 2015, Kicillof afirmó que “si los propietarios se llevaran al exterior en octubre la mitad de sus bonos, las reservas quedarían igual que en diciembre del año pasado, en un nivel de más del doble de lo que pronosticaban los analistas. Si son muchas o pocas, es relativo”.
Asimismo, explicó que “no todos los dólares se van a ir del país (tras el pago del Boden 2015), ya que buena parte de los propietarios están en la Argentina, y también hay en el sistema bancario 8 mil millones de tenedores argentinos, que son parte de las reservas”.
“La pifiada de los consultores privados sobre el nivel de reservas es para hacerse un picnic”, ironizó el ministro al asegurar “el mercado no desconfía de la capacidad de pago de la Argentina” tal como entendió quedó comprobado en diciembre pasado cuando el Gobierno anticipó el pago de los bonos del que sólo se efectivizaron 100 millones de los más 6.000 que demanda el vencimiento de octubre.
“Decían que a diciembre pasado las reservas iban a ser, como mucho, 20.000 millones de dólares, pero cerraron en 31.000 millones y hoy están en cerca de 34.000”, puntualizó el ministro, quien en este punto, rechazó las declaraciones de candidatos opositores que "dicen que van a hacer cualquier disparate con todas las variables, el tipo de cambio, la tasa de interés, las privatizaciones, lo cual no ayuda en un mundo muy volátil”.
“Ya no saben de qué agarrarse, todos los días hacen sonar otra alarma de incendios que no se producen y lanzan ideas que provienen de una usina que quiere que la Argentina se endeude, sin importarle el nivel de reservas, el gasto, nada: quieren el festival de los '90”, enfatizó.
El titular del Palacio de Hacienda también se refirió al proyecto de ley anunciado el jueves por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para fijar parámetros para la eventual venta de las acciones que el Estado posee en empresas privadas a las que accedió tras la reestatización del sistema de jubilaciones, respecto a lo cual aseguró que “evitará correr el riesgo que se vendan mal”.
“Esta ley declara de interés público la propiedad de esas acciones del Estado, no para prohibir que se vendan sino para que la decisión de vender no sea una decisión burocrática de un funcionario y correr el riesgo que se vendan mal”, puntualizó, ya que el proyecto prevé la necesidad de contar con mayoría especial en el Congreso para poder proceder a la venta.
También destacó la propuesta de crear una agencia nacional "que decida cuáles son los votos de los directores estatales en esas empresas privadas, para que lo haga pensando no solo en el interés de la compañía sino en el interés de la compañía en el marco de la representación que tiene del dueño que es el Estado”.
Dentro de ese esquema de decisiones, no se incluirán empresas que tienen control mayoritario del Estado nacional como son YPF, Aerolíneas Argentinas, Aguas y Saneamiento y Correo Argentino.