Lo afirmó el nieto de Estela de Carlotto ante los medios. "Son muchas emociones que estoy sintiendo", recalcó y reveló que se enteró hace sólo dos meses que era adoptado. "Hay como un ruido que tenés en la cabeza. Hay una memoria genética".
Guido, llamado Ignacio Hurban, fue recuperado el martes y ayer concretó su primera aparición pública junto a su abuela Estela de Carlotto en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, donde ambos se mostraron distendidos y felices ante decenas de periodistas.
“Estoy un poco convulsionado porque hace muy poco de la noticia, pero soy sumamente feliz y fundamentalmente me siento feliz por ver la felicidad de los demás”, sostuvo.
Ante la consulta de los medios, el músico de 36 años recordó que “la primera vez que me surgieron dudas fue después de participar de la jornada de músicos por la identidad”, aunque recién “hace dos meses”, el día de su cumpleaños, se enteró Guido celebró además ser parte de un proceso que sirve "para cerrar heridas que se abrieron hace mucho tiempo", al tiempo que admitió y pidió a la prensa que lo llamen Ignacio, porque "estoy acostumbrado" y quisiera “mantener el nombre”.
"Me siento más cómodo y estoy acostumbrado a mi nombre, Ignacio, y lo quiero seguir conservando, pero entiendo que hay una familia que hace mucho me llama Guido y para ellos soy Guido, pero me siento cómodo con la verdad que me toca y estoy feliz", declaró.
El nieto de Estela de Carlotto remarcó haber sido criado "por una pareja extraordinaria, con el mayor de los amores" y agregó que a partir de ser recuperado “entrar en la historia es un peso que hay que llevar desde ahora".
"Recibí muestras de afecto muy genuinas y estoy muy agradecido", completó, acompañado por “muchos familiares y primos de las dos nuevas familias” que posee, en referencia a los Carlotto y los Montoya.
Por otra parte, consideró "loable como pocos" el rol de las Abuelas de Plaza de Mayo y aseguró que su vida anterior tuvo muchos puntos en común con los postulados que defiende esa organización.
"Abuelas es un colectivo de gente que a través del amor estaba buscando incansablemente a sus nietos; una actitud loable como pocas; hablar de Abuelas es hablar de un actitud frente a la vida", expresó Guido, quien remarcó que su vida cotidiana anterior "no tuvo un tinte distinto a lo que pregonan las Abuelas".
Por último, indicó que su recuperación "no deja de ser un símbolo" y llamó a que "todos quienes tengan dudas vayan a hacerse el examen" de ADN para averiguar sobre su verdadero origen.