La Presidenta inauguró el hospital materno-infantil "Alberto Balestrini", en ciudad Evita. Se trata de un centro modelo que cubrirá un área de 18.500 metros cuadrados. "Vamos por otra década más de desarrollo", afirmó.
"Vamos a ir por otra década más de desarrollo para consolidar el crecimiento y profundizar los cambios. Nunca más como el cangrejo, que da dos pasos para adelante y 20 para atrás. Un país siempre debe ir para adelante trabajando todos los días", afirmó la mandataria.
Así lo expresó al encabezar ayer a la tarde el acto de inauguración del hospital materno-infantil "Alberto Balestrini" en la localidad bonaerense de Ciudad Evita, partido de La Matanza, junto al gobernador Daniel Scioli; el candidato a diputado, Martín Insaurralde y el intendente local, Fernando Espinoza.
El nuevo hospital lleva el nombre de Alberto Balestrini en homenaje al ex vicegobernador bonaerense, quien en 2010 sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) y continúa en proceso de recuperación.
En ese marco, la jefa de Estado dijo que "cambiar todo no es hacer algo nuevo, ni tirar abajo todo lo que hizo el anterior y hacer todo de nuevo" y diferenció la situación que se vivió en el año 2003, cuando el kirchnerismo "vino a cambiar de cuajo la Argentina que nos habían dejado, endeudada y dividida".
"También había una Argentina dividida, pero no porque discutían o había diferencias sino porque unos poquitos vivían muy bien y todo el resto como la mona; esas son las divisiones y brechas sociales que tenemos que cubrir", añadió.
En ese marco, Cristina aseveró que "algunos se horrorizan porque los políticos discuten o debaten; a mí me da vergüenza que todavía tengamos que enorgullecernos de darle a alguien una canilla de agua potable, algo que todos los argentinos deberían tener y todavía nos falta cubrir".
Expresó además que siente orgullo porque "hoy no hay ningún niño en Argentina en lista de espera por una cardiopatía congénita", gracias a un programa de salud lanzado en 2007, y por el plan de vacunación "más completo y ambicioso de toda América".
En otro tramo del discurso, Fernández de Kirchner cuestionó a los Estados Unidos, al señalar que "en el país más desarrollado del mundo todavía se discute si le van a dar salud o no a millones" cuando en Argentina "ninguna persona de bien discutiría" esa cuestión.
"En un país, donde el Poder Legislativo ha dejado sin presupuesto (al gobierno) al borde del default; otro poder, el Judicial, está intentando dejarnos en default a nosotros", dijo, pero aseguró que su gobierno tendrá la "fortaleza como siempre de salir adelante".
En ese marco, dijo que -como dirigente- habla "sin eufemismos o giros políticamente correctos", sino que será "eternamente incorrecta políticamente, pero jugada social, nacional y patrióticamente con la Argentina".
En ese marco, dijo que -como dirigente- habla "sin eufemismos o giros políticamente correctos", sino que será "eternamente incorrecta políticamente, pero jugada social, nacional y patrióticamente con la Argentina".
En su discurso, afirmó además que el kirchnerismo llegó al gobierno hace 10 años "sin beneficio de inventario"; es decir, "se hizo cargo en el 2003 sin preguntar quién había originado las deudas".
"A la gente le importa un pito cuando vota si la culpa de lo que le pasa la tuvo Juan, José o Pedro. La gente te vota para que le resuelvas sus problemas y nosotros nos vamos a seguir haciendo cargo de eso", indicó.
Por último, Cristina reiteró que "la política es hacerse cargo de las demandas de la gente, que van siempre creciendo" y que ese fue el sentido que le dio a la actividad política desde joven, con el trabajo social cercano a los más vulnerables.