El Senado paraguayo votó con 39 votos a favor de la destitución del presidente de Paraguay contra cuatro votos por la absolución y dos ausentes. Lugo calificó al proceso de "golpe de Estado parlamentario". Los ministros del Gobierno se sumaron a la marcha multitudinaria al Congreso en repudio al juicio.
El Senado comenzó la sesión extraordinaria para escuchar las alegaciones en el juicio político que el Congreso paraguayo le seguía a su presidente, Fernando Lugo, por mal desempeño de sus funciones. El mandatario no se presentó y calificó al proceso de "golpe de Estado parlamentario".
"Hay que acatarlo, es un mecanismo constitucional, pero no es el momento para un juicio político, faltan nueve meses para las próximas elecciones", aseveró Lugo, cuya defensa pidió la nulidad del proceso.
Todos los ministros del presidente de Paraguay marcharon ayer a pie por las calles de Asunción rumbo al Congreso, donde se congrega una multitud de unas 5.500 personas según la policía, a la espera de la reanudación del proceso de juicio político.
Lugo finalmente no se personó en el recinto y envió a su equipo de seis abogados, que tienen dos horas para exponer sus argumentos, tiempo considerado exiguo y el punto más cuestionado por los mismos.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo ayer que considera "un tanto apresurado" el proceso y se preguntó si la celeridad del mismo le da las suficientes garantías al mandatario sudamericano.
El Congreso paraguayo acordó y aprobó el mismo jueves realizarle el juicio político al presidente Lugo y tener la sentencia final este mismo viernes.
El Senado tiene 45 miembros y necesita una mayoría de dos tercios, o sea, 30 presentes, para sentenciar al presidente paraguayo e iniciar el proceso para su destitución.
Además, la delegación de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) expresó a las autoridades del Congreso paraguayo su preocupación por caso, informó el titular del legislativo paraguayo, Jorge Oviedo Matto.
Hacía años que la derecha golpista estaba agazapada en Paraguay -como lo está en casi todo el mundo- y finalmente dio el zarpazo.
Nos embarga la tristeza, el dolor y la impotencia.